Cuando compras un nuevo disco duro, SSD o pen drive para almacenamiento, en muchos casos vienen sin formato y la respuesta a la pregunta es obvia, ya que sin formatearlo previamente no podrás utilizarlo. Sin embargo, hay casos en los que estas unidades de almacenamiento vienen ya con formato así que, ¿es recomendable formatear el disco duro, SSD o pen drive USB nuevo antes de comenzar a utilizarlo?
Por norma general, antes de poder utilizar una nueva unidad de almacenamiento tendrás necesariamente que darle formato para poder comenzar a utilizarlo, ya que vienen sin volúmenes creados. No obstante, dependiendo de la marca y el modelo y especialmente en unidades externas con conexión por USB, muchas veces vienen ya con formato y, de hecho, con el manual de instrucciones en PDF o incluso el software de gestión y configuración ya precargados en la memoria. ¿En qué casos deberías formatear tu nueva unidad antes de comenzar a utilizarla?
Lo primero que debes tener en cuenta nada más instalar o conectar tu nueva unidad de almacenamiento es qué tipo de uso le vas a dar. Por norma general cuando una unidad de almacenamiento nueva viene ya con formato de fábrica éste es FAT32 ya que es el más compatible de todos, pero tiene una limitación y es que no podrá albergar en su interior archivos de más de 4 GB de tamaño.
También está la posibilidad de que la unidad venga con formato NTFS, que elimina esta restricción del formato FAT32 pero tiene como pega que tan solo es compatible con sistemas operativos Windows, es decir, que no podrás utilizarlo en un Mac o PC con Linux de manera nativa, tendrás que instalar herramientas de terceros para que funcione.
Por este motivo, y aunque tu unidad de almacenamiento venga con el manual o el software del mismo ya precargado en su memoria, te recomendamos que siempre como mínimo compruebes qué formato tiene, y que en consecuencia a ello lo formatees según lo que más te convenga. En todo caso, si el disco duro o SSD viene sin formato entonces obviamente vas a tener que formatear, crear el volumen y asignar la letra de unidad que necesites.
Por norma general, si utilizas sistema operativo Windows te diremos que no te compliques la vida y utilices formato NTFS, ya que es el que mejor rendimiento y menos limitaciones tendrás. Ahora bien, si en tu ecosistema doméstico o de trabajo tienes equipos con Linux o Mac, o bien instalas herramientas de terceros para poder trabajar en éstos con formato NTFS o bien formateas tus unidades de almacenamiento en formato exFAT, que sí es compatible con los tres sistemas operativos.
El formato exFAT es, digamos, una versión moderna de FAT32. Es específico para unidades externas (aunque puedes usarlo en un disco interno perfectamente) pero elimina las limitaciones de tamaño de archivos de FAT32, aunque carece de características avanzadas de seguridad y cifrado que NTFS sí que tiene.