Mantener la privacidad es algo muy importante en Internet. Son muchas las herramientas que usamos en nuestro día a día, muchos los servicios donde estamos registrados y las plataformas donde ponemos los datos personales. Puede haber muchas causas por las cuales los piratas informáticos lleguen a robar todo ese contenido. Incluso podrían usarlo para lucrarse, al venderlo a terceros o formar parte de ataques cibernéticos. Sin embargo también podemos contar con muchos protocolos y opciones para evitar problemas y mantener la seguridad. En este artículo vamos a hablar de qué es el cifrado PGP y cómo ayuda a proteger la privacidad.
Es una realidad que nuestros datos personales tienen un gran valor en la red. Pueden ser utilizados para incluirnos en campañas de Spam, enviar publicidad orientada gracias a que tienen información de nosotros e incluso podrían llegar a venderla a terceros. Esto hace que debamos evitar que puedan robar datos a través de métodos muy variados.
Los problemas con la privacidad pueden venir, por ejemplo, al utilizar el correo electrónico. Podría filtrarse información que llegase a terceros. Es por ello que los proveedores de e-mail se basan en diferentes protocolos para mantener esa información cifrada, sin que pudiera escaparse nada al enviar o recibir un correo.
Con el paso del tiempo han ido apareciendo diferentes estándares y mejorado otros ya existentes con el objetivo de preservar los datos. De esta forma podemos navegar por redes Wi-Fi sin que haya un posible intruso que pueda leer qué estamos visitando o qué información mandamos. Lo mismo a la hora de enviar un e-mail, registrarnos en una plataforma o poner contraseñas para iniciar sesión.
Sin estos protocolos, sin estas medidas de seguridad, nuestros datos no estarían a salvo. Podrían fácilmente recopilar datos personales, información confidencial, y usarla para llevar a cabo múltiples ataques y comprometernos. Aquí es donde ganan importancia algunos protocolos como PGP, que van a ayudar a mantener siempre nuestra información personal y todo lo que enviemos por la red, a salvo de posibles intrusos que puedan usarlo para lucrarse o para llevar a cabo otros ataques.
PGP son las siglas de Pretty Good Privacy. Si lo traducimos al español diríamos privacidad bastante buena. Su nombre no es casual, y es que precisamente el objetivo que tiene es preservar la información y evitar que pueda caer en manos de terceros. Sirve para cifrar el contenido y mantener la privacidad en todo momento.
Existen claves simétricas y asimétricas. Hay diferentes tipos de algoritmos que permiten proteger nuestros dispositivos y cuentas. En el caso de PGP utiliza ambas opciones, ya que cuenta tanto con criptografía simétrica como asimétrica. De esta forma potencia aún más la seguridad, ya que dispone de lo mejor de cada una.
No se trata de ninguna novedad, ni mucho menos. Este protocolo apareció a principios de la década de 1990, concretamente en el año 1991. Con el paso del tiempo ha ido mejorando, pero se ha mantenido como una pieza fundamental por ejemplo para el correo electrónico.
Algo que destaca de PGP es que comprime la información. Pensemos en un texto plano que viaja de un equipo a otro. Ese texto es cifrado y comprimido. Esto va a permitir también que sea más veloz a la hora de enviarlo a otro dispositivo, además de ocupar menos espacio. Tras esa compresión va a generar una clave única con la que mantiene el cifrado hasta que llega al destinatario y así evita que posibles intermediarios puedan acceder a la información.
Criptografía asimétrica significa que una vez se cifran los datos, esa clave de sesión se va a cifrar con la clave pública del receptor que va a recibir la información. Posteriormente, el receptor va a realizar el proceso inverso para poder leer la información.
Podemos decir que el e-mail es un medio de comunicación muy utilizado. Lo es tanto por parte de usuarios domésticos como también por empresas y organizaciones para poder funcionar en el día a día. Una manera muy interesante de enviar y recibir información rápidamente y desde cualquier dispositivo o lugar. Nos permite incluso enviar archivos adjuntos, más allá de únicamente texto.
En muchos casos vamos a compartir información y datos confidenciales. Vamos a enviar un correo para contactar con una buena, vamos a registrarnos en cualquier servicio donde mostraremos nuestros datos o simplemente vamos a enviarnos a nosotros mismos documentos para tenerlos siempre disponibles en esa cuenta.
Todo esto hace que sea imprescindible mantener la privacidad y no comprometer nuestros datos en ningún momento. Ahí es donde entra en juego el cifrado PGP en el e-mail.
Pongamos que enviamos un e-mail a un destinatario. Nosotros escribimos un texto que se cifra al enviarlo con una clave pública y viaja cifrado, sin que nadie pueda leerlo. Una vez llega al destinatario puede abrir ese e-mail y lo descifra con la clave privada y puede leer ese texto plano que nosotros escribimos.
El protocolo PGP lo que hace es proteger y cifrar la información que enviamos por e-mail hasta que llega al destinatario. Así mantiene en todo momento la privacidad y evita que pueda filtrarse datos personales que nos comprometa.
Pero este protocolo también sirve para generar firmas digitales. De esta forma podemos saber si un mensaje ha podido ser cambiado respecto a su original y también nos permite verificar si el emisor es legítimo y corresponde con quien debería.
En definitiva, el protocolo PGP ayuda a mejorar la privacidad a la hora de enviar información. Hemos visto que es muy útil en el caso del correo electrónico, algo tan usado en nuestro día a día. Una manera más de evitar problemas que puedan afectar a nuestros datos personales y que terminen en manos de terceros. Nuestro consejo es utilizar siempre servicios y plataformas que sean fiables, que cuenten con todo lo necesario para mantener la protección al máximo y así evitar riesgos innecesarios a la hora de enviar o recibir cualquier tipo de información.