Mientras en el mundo el ritmo de ataques de ransomware bajó, en México y América Latina, el panorama fue opuesto, según datos de ESET. A cuatro años de Wannacry, uno de los ataques de ransomware que más impacto ha causado a nivel global, la ola de los llamados secuestros cibernéticos comenzó a ceder y a dar paso al alza