A la hora de comprar un PC o simplemente un disco duro como tal, hay varias de sus especificaciones que tendremos que tener en cuenta para poder valorar su potencial rendimiento de antemano, y por supuesto una de ellas son las RPM a las que gira. En torno a este parámetro, ¿cómo afecta al rendimiento del disco duro? En este artículo vamos a contártelo, así como las ventajas e inconvenientes de que un disco duro gire más o menos rápido.

Las RPM son las revoluciones por minuto a la que giran los platos internos del disco duro. Por lo tanto, un disco duro que gira a 7200 RPM será más rápido y tendrá mejor rendimiento teórico que uno que gira a 5400 RPM, ya que el cabezal será capaz de leer una mayor cantidad de datos por segundo dado que los datos le llegan más rápidamente.

¿Los discos duros siempre giran a la misma velocidad?

La respuesta es que no. El dato que el fabricante nos da es la velocidad de giro máxima, pero aunque un disco duro sea de 7200 RPM no quiere decir que esté girando a esa velocidad en todo momento; los datos están ubicados físicamente en alguna de las secciones de los platos del disco, y una mayor velocidad de giro simplemente significa que los datos llegarán antes al cabezal, pero para ello quizás no haya hecho falta que el plato llegue a girar a su máxima velocidad (aquí entra en juego, por lo tanto, la aceleración, si bien este es un dato que ningún fabricante da ni tiene en cuenta siquiera).

Una de las desventajas de los discos duros más rápidos, y más concretamente de los de 7200 RPM con respecto a los de 5400 RPM, es que su consumo es mayor. De media y en funcionamiento continuo, un disco de 7200 RPM tiene un consumo de 10 vatios frente a los 6 vatios que consume uno de 5400 RPM. Claro está que, en este caso, este mayor consumo se ve representado por un mayor rendimiento del disco duro. Además, el hecho de que el HDD sea capaz de mantener en el tiempo el máximo rango de RPM le otorgará otro salto de rendimiento importante frente a la competencia. Una cosa es un giro puntual al máximo de revoluciones y otra totalmente distinta estar horas girando a dicha velocidad.

Por desgracia, ningún fabricante ofrece datos concretos sobre esto y las pruebas de estrés que pasan tampoco son compartidas. Y es que estar horas girando al máximo de RPM puede hacer subir la temperatura interior varios grados, haciendo necesario que nuestra torre o NAS tengan que refrigerarlos de forma activa o pasiva.

El rendimiento del disco duro en función de sus RPM.

En primer lugar hay que decir que es bastante raro ver discos duros de 3,5″ de 5400 RPM (salvo algunos de bajo consumo), ya que esta velocidad suele estar reservada para unidades de 2,5″ para portátiles, donde el consumo es un factor bastante más importante, pero aun así cada vez más portátiles incorporan discos duros de 7200 RPM (de hecho cada vez éstos son menos y más SSDs, pero eso es otro tema).

En la siguiente tabla podemos ver las velocidades de lectura y escritura típicas (medias de varios modelos y capacidades de distintos fabricantes) de los discos duros. Hemos incluido también los SSD SATA 3 a modo de comparativa.

Es evidente que un disco con más RPM tiene un mejor rendimiento, aunque como hemos dicho antes su consumo es bastante mayor, casi el doble, y además tiene otras desventajas, como por ejemplo que su temperatura media de funcionamiento es de 6ºC superior, y al girar más rápido los rodamientos también sufren mayor desgaste por lo que su tiempo medio de vida útil suele ser algo inferior que en los discos duros de 5400 RPM.

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